En un mundo lleno de incertidumbres, el tema del Fin de los Tiempos puede provocar miedo y curiosidad. Se anuncia en la Biblia, pero también revela el plan amoroso de Dios para la humanidad durante estos tiempos.
La Realidad
La Biblia habla de un tiempo en que el mundo, tal como lo conocemos, llegará a su fin. Jesús mismo predijo señales y eventos que marcarían este período (Mateo 24:6-8). Estos signos incluyen guerras, hambrunas, terremotos y aumento de la anarquía. Si bien puede ser inquietante pensar en ello, la Palabra de Dios nos asegura que Él tiene el control.
"Saber que hay una eternidad es lo más importante que da forma a nuestros valores en esta vida".
La esperanza en el regreso de Cristo
El fin de los tiempos también trae esperanza: la esperanza del regreso de Cristo (Tito 2:13). Jesús prometió regresar por sus seguidores, poniendo fin al sufrimiento y estableciendo su reino eterno. (Apocalipsis 21:3-4). Esta promesa nos da confianza y tranquilidad en tiempos inciertos.
Preparándose para el fin
Para estar preparados para el Fin de los Tiempos, primero debemos aceptar a Jesús como nuestro Salvador (Romanos 10:9). Al arrepentirnos de nuestros pecados y poner nuestra fe en Él, podemos tener la seguridad de la vida eterna (Juan 3:16). Además, debemos buscar vivir fielmente, obedeciendo la Palabra de Dios y amando a los demás (1 Juan 2:28).
Vivir con perspectiva eterna
La conciencia del Fin de los Tiempos debe dar forma a cómo vivimos hoy. Debemos priorizar compartir el mensaje del amor y la salvación de Dios con los demás (Mateo 24:14). Vivamos con una perspectiva eterna, invirtiendo en cosas que tienen un valor duradero y buscando traer gloria a Dios.
La realidad es que habrá un fin, pero no hay que temerle.
A través de Jesucristo, encontramos esperanza y seguridad para el futuro. Preparémonos y vivamos con sentido de urgencia, compartiendo el amor de Dios con los demás y esperando la bendita esperanza del regreso de Cristo.
