En el viaje de la vida, ¿alguna vez te has preguntado sobre el significado y el propósito de todo esto?
A través del amor de Dios y el sacrificio de Jesucristo, hay una manera de encontrar la verdadera paz, el perdón y el gozo eterno.
La realidad de nuestra condición
La Biblia nos enseña que todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Nuestros errores nos separan de un Dios santo, dejándonos en necesidad de redención. Sin embargo, el amor de Dios por nosotros es ilimitado y Él ofrece una solución a través de Su Hijo, Jesucristo.
“Jesús no es sólo el camino a Dios, es el camino de Dios para alcanzar a la humanidad con su amor, redención y esperanza eterna".
El Camino de la Salvación
Jesús, el Hijo de Dios, vino a la tierra como hombre para salvarnos de nuestros pecados (Juan 3:16). Vivió una vida perfecta y voluntariamente murió en la cruz para llevar el castigo por nuestros pecados. A través de Su resurrección, venció a la muerte, ofreciendo vida eterna a todos los que creen en Él (Juan 11:25-26).
Aceptar el regalo de la salvación
La salvación es un regalo que recibimos por medio de la fe en Jesucristo. Al reconocer nuestra necesidad de un Salvador, arrepentirnos de nuestros pecados e invitar a Jesús a nuestro corazón, podemos experimentar el perdón y la nueva vida que solo Él puede ofrecer (Efesios 2: 8-9).
El llamado a seguir a Cristo
Seguir a Jesús no es un evento de una sola vez, sino un compromiso de por vida. Implica caminar en obediencia a la Palabra de Dios, crecer en la fe y buscar amar y servir a los demás (Mateo 16:24). Al permitir que el Espíritu Santo nos transforme, nos hacemos más como Cristo cada día.
El camino a la vida eterna se encuentra en Jesucristo. Él ofrece perdón, esperanza y un propósito que trasciende esta vida terrenal. Abraza el amor y la gracia de Dios a través de Jesucristo y emprende un viaje de transformación y alegría. Que su luz guíe tu camino, ahora y siempre.
